Tanto en obras nuevas como en rehabilitaciones de espacios, es normal que las empresas de construcción, una vez que terminan su labor, no realicen una limpieza profunda del lugar ya que no se trata de un cometido de su sector.
Cuando estas reformas terminan, es probable que encuentres manchas de cemento, yeso, pintura, serrín, polvo y otros elementos utilizados para renovar tu espacio. Sabemos que cuando está todo ese proceso de reforma concluido, lo único que quieres es comenzar a darle uso. Por eso, lo que debes hacer en ese caso es solicitar un servicio de limpieza de obras, que se encargue de hacer el mantenimiento exhaustivo, para que el espacio quede totalmente a tu disposición lo antes posible.
Una vez que las obras terminan y el espacio queda libre de escombros y materiales, antes de ocupar el espacio es imprescindible que se realice la limpieza adecuada: ¡el toque final! Pero, si piensas que has tenido ya muchos gastos o que lo ves como un proceso sencillo, te daremos algunas razones de por qué es más recomendable una empresa que te ayude:
Con las superficies despejadas de escombros y herramientas, el proceso comienza haciendo la limpieza de polvo residual y otros materiales que hayan quedado esparcidos por la obra.
Cuando se trata de superficies amplias, se deben utilizar aspiradoras industriales. Si lo haces tú, es importante que tengas en cuenta que no debes usar escobas normales porque lo único que conseguirás será levantar el polvo. Además, un dato importante es que nunca debes mojar el suelo para limpiarlo sin antes haberlo aspirado, porque eso empeorará todo y retrasará el trabajo.
Después de haber retirado todo el polvo, el proceso continúa con la eliminación de manchas hechas por los materiales utilizados en la obra y que pudieron haber quedado pegados al espacio. Por ejemplo, el cemento, el pegamento y la pintura. Todo dependerá del tipo de material y, además, de la superficie que vayas a limpiar. Es decir, deberás usar productos que eliminen las manchas, pero que no dañen la superficie. Sí, es toda una ciencia, por eso, siempre te recomendamos que este proceso lo dejes en manos de profesionales.
El siguiente paso es la limpieza de puertas y ventanas, incluyendo los marcos y manivelas. Luego el techo y las paredes. En todos estos casos, se debe quitar el polvo y las manchas de la superficie.
Además, se debe comprobar el estado de las tuberías usando productos adecuados en cada caso y previniendo atrancos que pueden ocurrir por el vertido de líquidos densos como las pinturas, e incluso, cemento.
Por último, los profesionales de limpieza suelen realizar un fregado profesional con máquinas de vapor a presión para resultados impecables en las superficies como azulejos y elementos sanitarios. Si esta tarea decides hacerla tú, te recomendamos contar con el equipo adecuado para hacer esta terminación de limpieza profunda. Cuando esté seco, dependiendo del tipo de suelo, se puede usar un tratamiento posterior como ceras, abrillantadores u otros productos, según el tipo de suelo y mobiliario.
Una vez terminado este proceso, se puede comenzar con el traslado del mobiliario que ambientará el espacio.
La suciedad que se genera en las zonas durante la remodelación puede ser muy molesta y si se trata de un local a pie de calle, es primordial ocuparse de la limpieza a penas culmine la obra. En esta infografía descubrirás por qué:
Una vez leído esto… ¿Qué prefieres?, ¿que lo haga una empresa de limpieza o hacerlo tú?
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