Antes de conocer cuáles son los mejores métodos para evitar procrastinar, primero debemos entender qué es la procrastinación.
“Cras” es una palabra que proviene del latín y significa “mañana” o “adelante” y básicamente, esto lo explica todo: procrastinar es aplazar o posponer algo. Pero, aunque ya sepamos qué significa, el tema acaba de empezar. Sigue leyendo y conoce todo sobre la procrastinación y cómo evitarla.
1.- Sientes ansiedad y desgana ante esa tarea que debes realizar.
2.-Tu cerebro quiere aliviar esa sensación y ¿cómo lo hace? Buscando otra tarea. Ahora te vuelves muy productivo en actividades menos prioritarias que la pospuesta.
3.- La tarea que debes hacer tu cerebro la asimila como dolorosa y aparecen cada vez más excusas para no realizarla y, una vez que vuelves a recordar la tarea pendiente, sientes culpa o remordimiento y regresas a la primera etapa.
El estrés y la culpabilidad es una de las principales consecuencias de posponer tus labores, pero también te puede hacer ganar una mala reputación en tu trabajo, hará que pierdas la ambición del éxito y las metas propuestas en algún momento, obtener los resultados que deseas te será mucho más difícil y si tu tarea tiene que ver con tu salud, puede incluso afectar tu bienestar. Además, una de las consecuencias más importantes de la procrastinación es que puede afectar a tu autoestima y a tu estado de ánimo.
Hábito: si la actividad no es común entre tus tareas diarias o entra en conflicto con lo que sueles hacer, supone un esfuerzo extra para realizarlo, mucho más si se trata de una labor que no te gusta.
Recompensa: la labor no nos trae ninguna satisfacción inmediata, además, se hace más fácil hacer cosas como revisar las redes sociales o ver televisión, en vez de comenzar ese proyecto que se ha estado posponiendo.
Nos creemos más productivos: en nuestra mente está bien posponer las cosas, sabemos que lo haremos “más tarde”, pero al final nos damos cuenta que no hemos empezado y el tiempo no es suficiente.
Subestimas tu tarea: se piensa que la actividad a realizar es tan fácil que no necesitaremos demasiado tiempo para hacerla, pero al darnos cuenta que es más complicado de lo que teníamos en mente, se genera una resistencia para continuar.
Miedo al fracaso: el temor puede paralizarnos y evita que continuemos con la tarea ya que, en ocasiones, se prefiere no hacer algo que hacerlo imperfecto.
Hay dos tipos de procrastinación, la activa y la pasiva:
La activa es a propósito, surge cuando la fecha límite de tu proyecto está muy cerca y te vuelves más productivo, haces el trabajo bajo presión, aunque para algunos esto funciona muy bien.
La pasiva es la común, es decir, cuando tienes una tarea que hacer y la aplazas con cualquier otra cosa más entretenida o más sencilla para evitarla hasta el último momento posible.
Partiendo de esto, te contamos cómo puedes evitarlas…
Aunque se trata de un hábito muy común, es posible evitarlo. Aquí te contamos qué puedes hacer:
Es muy importante que, en tu trabajo, sea cual sea, desempeñes tus labores al momento, solo así tendrás más tiempo de atender todo lo que debes hacer.
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